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En Chile existen varios tipos de sociedades, todas reconocibles con tan solo nombrarlas. Las Sociedades por Acciones y las Sociedades de Responsabilidad Limitada son dos de estas. De todas formas, no mucha gente conoce de qué trata cada una. Por esta razón, hemos escrito este artículo, para explicarte todo lo que tienes que saber sobre estas asociaciones en Chile.
¿Qué es una sociedad?
Una sociedad es básicamente un contrato por el cual una o más personas hacen aportes en dinero, trabajo u otros bienes apreciables para establecer una asociación y compartir responsabilidades respecto a la misma. Asimismo, este contrato tiene por fin aclarar cómo se reparten las utilidades de la sociedad y el rol que cumple cada uno de sus integrantes.
Cada tipo de sociedad, a la vez, tiene una administración única y responde de forma diferente ante la ley. Algunas sociedades tienen administración libre y otras deben contar con directorios que tomen las decisiones respecto al manejo de las finanzas o negocios. A este respecto, en nuestro país pueden conformarse fácilmente sociedades en el sitio de Tu Empresa en un Dia o Registro de Empresas y Sociedades.
Respecto a la legislación de Chile, una persona natural es aquel individuo que actúa en su propio nombre para ocuparse de alguna actividad que la ley considera mercantil. Entre estas se encuentra la de abrir empresas u otra clase de asociaciones.
En este caso, la persona natural responde ante todas las obligaciones que adquiera como consecuencia del desarrollo de su actividad económica con su patrimonio personal y familiar.
De esta concepción deriva una de las más grandes desventajas cuando se inicia una empresa como persona natural. Generalmente, no es recomendable esta forma, ya que, en caso de no poder cumplir con las obligaciones, el empresario responderá con todo su capital personal, lo que afectará incluso a sus bienes familiares.
Por otro lado, una persona jurídica puede ser un individuo, entidad, empresa o asociación con capacidad para realizar actividades que deriven en responsabilidad jurídica, tanto frente a terceros como a sí misma. Para obtener esta categoría jurídica es necesario su identificación fiscal, es decir, debe contar con un Rol Único Tributario que la identifique como una persona única y responsable frente a los compromisos tributarios.
Una Sociedad por Acciones, como indica su nombre, es un tipo de sociedad en la que los participantes contribuyen con una cierta cantidad de participaciones o acciones, las cuales representan el capital aportado a dicha sociedad. Estas acciones se ven reflejadas en términos de porcentaje, y este también repercute en los efectos legales.
Una de las principales razones por la cual escoger este tipo de sociedad es que puede ser conformada por una sola persona, ya sea jurídica o natural. Además, como la participación está dividida en acciones, es fácil vender, así como adquirir acciones o incorporar otros accionistas.
Por último, este tipo de sociedad tiene una administración libre no regida por ninguna ley, por lo que es asunto de los socios si desean una administración simple o una compleja. Además, los aportes a esta sociedad pueden ser en capital, pero también en otros bienes muebles e inmuebles, incluso en acciones de otra asociación.
Dentro de los tipos de sociedades este es el más utilizado
Las Empresas Individuales de Responsabilidad Limitada están conformadas por una única persona jurídica, cuyo patrimonio es distinto al del titular de dicha empresa. Incluso, este tipo de sociedad tiene un solo giro u objeto comercial. Este giro debe circunscribirse a una única actividad económica específica. Cuando la conformas, debes indicar dicho rubro, aunque luego puedes modificarlo.
Una de las principales razones para establecer esta asociación es que puede separarse el patrimonio de la empresa del patrimonio del dueño, por lo que, ante cualquier responsabilidad monetaria o judicial de la empresa, esta misma asumirá y responderá por sus actos.
La Sociedad de Responsabilidad Limitada es bastante similar a la anterior, solo que en este caso tiene un mínimo de dos socios y un máximo de cincuenta. Todos estos socios limitan su responsabilidad al capital que cada uno de estos ha aportado al patrimonio total de la empresa.
En esta clase de sociedad, los participantes pueden ser personas jurídicas o naturales, por lo que cualquier individuo o empresa puede ser parte de la misma.
Una de las razones más importantes para constituirla es que las responsabilidades de los socios se limitan a la cantidad de capital aportado. Además, no requiere de un capital mínimo para su constitución, lo que facilita enormemente su desarrollo.
A la vez, suelen ser mucho más simples en cuanto a su administración, pues, por regla general, son los socios los que se hacen cargo de su jefatura, sin necesidad de delegar responsabilidades en un tercero. Esta clase de Sociedad está caracterizada por conformarse por gente de confianza entre sí.
Una Sociedad Anónima (SA) es aquella que está conformada por dos o más socios, cuya participación monetaria se representa por la cantidad y la clase de acciones que cada uno de estos posee. Además, en este modo de asociación la administración le corresponde a un directorio integrado, o no, por algunos de estos accionistas.
Una de las principales razones para formar esta clase de sociedad es que los participantes pueden vender sus acciones sin problema alguno. Esto permite el ingreso de nuevos participantes, sin contar con el consentimiento de los otros. Por lo demás, como su administración se encuentra regulada por la ley, cuenta con la seguridad de esta en cuanto a cómo deben llevarse los diferentes procesos.
Si eres un emprendedor y estás pensando en conformar una sociedad, entonces imaginamos que este artículo te ha sido de mucha utilidad. Te recomendamos leerlo cuantas veces gustes, para que no se te pase nada y tengas claro qué tipo de sociedad quieres crear. Con esta información no te queda más que ser exitoso. Ahora que sabes qué tipos de sociedades existen, el resto depende de ti. ¡Manos a la obra!
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Si estás pensando en abrir tu propio negocio y no sabes muy bien dónde situarlo, entonces este post va a resultarte verdaderamente útil. Aquí aprenderás cuáles son y dónde podrás ubicarlo. ¡Toma buena nota!
Esta suele ser la más común y hace referencia a la cantidad total de empleados que tiene la compañía. Las empresas bajo esta clasificación son las siguientes:
Microempresa. Es la que tiene hasta 9 empleados.
Pequeña. Un negocio que cuenta entre 10 y 49 asalariados.
Mediana. Cuyo número de empleados está entre los 50 y los 249.
Gran. Si tiene 250 o más trabajadores.
En cuanto a la actividad o giro, las sociedades se dividen según el producto y/o servicio que ofrecen y cómo lo elaboran. En este ámbito, las compañías se dividen en:
Fabriles y/o Industriales. Son las que se dedican a la extracción o transformación de materias primas en ciertos insumos específicos. Esta clase de negocio puede subdividirse en:
Extractivas. Dedicadas a la explotación de recursos naturales.
Manufactureras. Las que transforman la materia prima extraída en un producto de consumo final.
Comerciales. Son las que intermedian entre el productor y el consumidor. Están dedicadas a la compra-venta de productos listos para su comercialización. Estas se subdividen en:
Mayoristas. Venden a grandes rasgos.
Minoristas. Son sociedades detallistas que venden al por menor.
Comisionistas. Vende los productos de otro negocio por consignación.
De servicios. Son las que brindan toda clase de servicios a la comunidad. Estos servicios pueden ser transporte, educación finanzas, turismo, salud, etcétera.
Aquí se segmenta la naturaleza de la sociedad en relación con el bien que esta ofrece:
Del sector primario. Las que se dedican a la extracción de recursos naturales.
Del sector secundario. Las que producen un producto a partir de la materia prima extraída.
Del sector terciario. Las que se relacionan con el comercio y los servicios.
Del sector cuaternario. Las que prestan servicio de informática y comunicaciones.
A este respecto, las compañías pueden enumerarse según el origen de su capital cuando se conformaron. Además, según la relación de aportes actuales con respecto a su organización y quién controla la sociedad en la actualidad.
Públicas. Las sociedades cuyo capital y manejo de la administración dependen íntegramente del Estado.
Privadas. Las compañías cuyo capital y la administración provienen únicamente de particulares, ya sean personas naturales o jurídicas.
Mixtas. Las que por naturaleza comparten el origen de su capital y el manejo de la administración entre el mundo público y el mundo privado, es decir, entre el Estado y las personas naturales y/o jurídicas.
Esta clasificación es un poco más extensa que las anteriores, por lo que pasaremos a detallar brevemente de qué trata cada una de estas organizaciones.
Empresa individual. La que tiene un único propietario quien aporta todo el capital y se beneficia de los réditos directos.
Sociedad Anónima (SA). Conformada por accionistas que consolidan un solo capital. Su principal características es que los socios conservan su anonimato. Esta sociedad responde según el porcentaje aportado por cada socio.
Sociedad por Acciones (SpA). Puede comenzar por la acción de una sola persona, para luego ir sumando socios a medida que crece y se expande. Es bastante flexible en cuanto a los estatutos y la clase de accionistas.
Sociedad de Responsabilidad Limitada (SRL). Los socios que conforman esta organización responden solo hasta el límite de sus aportes en capital. Solo puede tener de 2 a 50 socios. Las decisiones se toman por mutuo acuerdo.
Empresa Individual de Responsabilidad Limitada (EIRL). Constituida por una sola persona. Como su responsabilidad es limitada, las obligaciones para con terceros se responde con patrimonio de la empresa y no con el del socio.
Sociedad Colectiva Comercial. Está conformada por más de un dueño y estos responden ilimitadamente, es decir, hasta con su patrimonio si es necesario. La administración es ejercida por todos los participantes.
Esta clasificación tiene que ver con ciertas características intrínsecas de la sociedad, como la locación geográfica o su origen irrestricto. Pueden ser:
Familiares. Como indican su nombre, aquellas cuya participación está vinculada al ámbito familiar.
Locales. Las que realizan sus acciones en un municipio, pueblo o ciudad determinada.
Provinciales. Las que se desarrollan en el ámbito de la provincia o comuna.
Regionales. Aquellas empresas que operan en diversas provincias en el interior de un país.
Nacionales. Las que operan en todos los rincones del país, o al menos en casi todos.
En esta última, puedes hallar dos tipos de organizaciones según a dónde van dirigidas sus ganancias. Las sociedades que puedes encontrar en esta categoría son las siguientes:
Sociedades con fines de lucro. Como podrás inferir, son las compañías cuyo fin último es generar ganancias de toda clase, tanto económica, como patrimonial y de activos, y que buscan la maximización de los resultados respecto a la inversión inicial.
Sociedades sin fines de lucro. Son las organizaciones opuestas a la definición anterior. Estas no tienen por fin lograr una ganancia económica per se, sino usar las ganancias que pueden darse para ofrecer un beneficio a la comunidad. Su fin último es el bienestar social. Todo superávit que tengan lo donan a causas que ellos estimen convenientes.
Después de este post, esperamos te haya quedado claro cuáles son las clasificaciones generales de toda empresa, tanto en Chile como en el extranjero. Este listado te servirá para comprender a qué te enfrentas cuando te relacionas con algún otro negocio o cuando deseas abrir el tuyo propio. Si este es tu camino, entonces define bien cuál será la situación legal de tu comercio. Solo así podrás desempeñarte bien, en orden y alcanzar los mejores resultados. ¡Tú decides el camino a seguir!
Una empresa es una organización de personas y recursos que buscan la consecución de un beneficio económico con el desarrollo de una actividad en particular. Esta unidad productiva puede contar con una sola persona y debe buscar el lucro y alcanzar una serie de objetivos marcados en su formación.
A menudo la creación o formación de empresas responde a la necesidad de cubrir un servicio o una necesidad en un entorno determinado y mediante el cual existe la posibilidad de salir beneficiado. Para ello, el emprendedor o el grupo de emprendedores reúne los recursos económicos y logísticos necesarios para poder afrontar dicho reto empresarial y cumplir los objetivos que se marquen y haciendo uso de los llamados factores productivos: trabajo, tierra y capital.
El mundo conceptual de la empresa es bastante amplio, existiendo la posibilidad de clasificar a los proyectos empresariales atendiendo a gran cantidad de criterios, como la naturaleza de su actividad, su organigrama o su tamaño.
Las pymes en Chile son el motor de la economía y de la creación de nuevos empleos para el país. Juegan un rol muy importante para el desarrollo y se han visto muy afectadas con la crisis sanitaria. Pero, en primer lugar, ¿Qué son las pymes?
De manera práctica, una pyme en Chile es a una empresa de menor tamaño, como su nombre indica: pequeña y mediana empresa. Según la clasificación del Ministerio de Economía, las pequeñas empresas son las que anualmente alcanzan ventas entre las 2.400 y las 25.000 UF. Por su parte, las medianas empresas son las que venden entre 25.001 UF y 100.000 UF. Y, si las entradas generadas por la organización ascienden a igual o más de 100.001 UF, se consideraría como gran empresa.
Otras características importantes de las pymes son las que listamos a continuación.
En la mayoría de los casos, una pyme requiere de bajos costos de inversión inicial para crearse.
Son más vulnerables que las grandes empresas, y su permanencia en el tiempo es determinante para éxito y estabilidad de la organización.
Promueven la innovación, abarcando áreas como la cultura, arte, intereses personales, hobbies.
Generalmente, operan en las áreas de mercado o comercio, y muy pocas veces en el área industrial.
No suelen actuar en escenarios internacionales.
Actualmente, no pueden ser consideradas pymes las empresas que realicen negocios inmobiliarios o actividades financieras que no sean las necesarias para el desarrollo de su actividad principal. Tampoco pueden serlo empresas que exploten bienes raíces no agrícolas, ni compañías que tengan un capital en el que participen en más de un 30 % sociedades que posean acciones en la Bolsa de Valores, ni sus filiales.
En el mundo, las pymes representan una gran oportunidad de desarrollo. Son muy relevantes para el crecimiento de la economía local de un país, lo que se ve traducido en que haya casos, como el de España, donde más del 99 % de las empresas corresponden a este tipo de tamaño en conjunto con los autónomos, mientras que solo alrededor de un 1 % lo ocupan las grandes empresas. Ese mismo modelo se repite a lo largo de casi toda Europa.
En Chile, las pymes representan una importante fortaleza para el tejido económico y laboral. Según cifras del Ministerio de Economía, el 2019 el sector aportó un 17 % del Producto Interno Bruto del país (PIB).
Además, durante el 2020 se tuvo un incremento de un 70,3 % en el número de empresas creadas. En total se iniciaron 16.733 nuevos negocios en el 2020, algo muy valorable encontrándose el país en plena crisis sanitaria. Según otras cifras del Ministerio de Economía, Turismo y Fomento, en el año 2017 un 51,8 % de las empresas quedaban en la clasificación de pyme, y contribuían con alrededor de un 60 % a la creación total de empleos.
Es el departamento de una empresa que se encarga de encontrar, seleccionar, reclutar y capacitar a las personas que solicitan un empleo, así como administrar las prestaciones o beneficios que se les otorgan.
Nuestro objetivo es ofrecer un servicio que solucione y cumpla con las necesidades de nuestros clientes en las tares de Recursos de Humanos bajo las normativas laborales vigentes, previsionales y tributarias de las remuneraciones.
Es una herramienta clave para conocer en qué situación y condiciones se encuentra una empresa y, con esta documentación, poder establecer las estrategias necesarias con el objeto de mejorar su rendimiento económico. Por ejemplo, si compramos madera para fabricar sillas tendremos que contabilizar esa compra para saber qué cantidad tenemos, cuanto nos ha costado, quién es el vendedor, en qué fecha la compramos, etc. De todo eso y más se encarga la contabilidad.